lunes, 20 de diciembre de 2010

Saludos


Quiero agradecer mucho los comentarios del correo anterior. Me encuentro mucho mejor, son gajes del oficio de madre ¿no creen? Este fin de semana he estado acompañada por mis padres y mi querido amigo asturiano... Sí, he de tener paciencia y ayer me percaté de que se quiere instalar el agobio en mi cabecita con lo que debo ir tejiendo una tela de araña que me cubra y deje resbalar las tonterías. Claro, como estamos en las puertas de la Navidad (creo que ahora no se debe escribir con mayúscula, ya me informaré). Es pues que voy a aprovechar este momento para escribir en mi blog porque me espera mucha actividad esta semana, puesto que el jueves marcharé ya para el pueblo.
Por otro lado he descubierto que quiero hacer más cosas y no tengo tiempo... Ahora seguro que todos me entenderéis, pero debo coger aire, pensar y calcular qué es lo más importante para hacer una cosa u otra... Esto es algo complicado no creáis... Yolanda, ánimo y tranquilidad ante todo, ya sabes que la hija es lo primero.
Estoy muy ilusionada porque llegan estas vacaciones y me iré unos días a Gijón esto lo necesito con todo el cuerpo y el alma. Y el día de navidad comeremos toda la familia juntos en un restaurante, esto es nuevo y me encanta la idea, luego llegará el año nuevo cuando las horas de sol comenzarán a aumentar de minutos (es que van muy despacio).
La imagen mostrada es un poco sosa. La hice en el pueblo de mis padres, Villadiego de Cea, Es sosa y seca, como la gente del lugar (en general, claro).
Deseo lo mejor para todos en estos días, y feliz año a todos.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

El cielo puede esperar


"Estoy subiendo la amplia escalera para acceder a la taquilla del cine Ideal que existía en Sahagún cuando yo era pequeña y luego jóven". Había entonces un cartel en esa pared de esta película, El cielo puede esperar del año 1978. que siempre me llamó mucho la atención...No he conseguido añadir esta imagen donde había un ángel con sus enormes plumas blancas en vaqueros, de pié, cruzando las piernas y apoyándose con la puntera de un pié y toda la planta del otro... eso sí, mirando el reloj de bolsillo mientras esperaba que pasase el tiempo. Así me veo yo ahora, esperando... esperando que transcurra los días y que mi hija madure... porque está pasando una mala racha conmigo y con ella, supongo. Es que yo lo llevo muy mal, y no lo entiendo porque después de ehaber superado un accidente a lo béstia, como dice mi compañero, soy fuerte y no debo dejar que esto me supere... Siempre lo dije, que mi hija era lo más duro, pero ahora lo siento así porque es lo más importante de mi vida... Anoche dormí mal por estas preocupaciones y he de permanecer tranquila, esperando... esperando que el tiempo pase.
Voy a salir a airearme un poco a ver si despejo la angustia o tristeza.